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viernes, 20 de junio de 2014

NOMADISMO ANTROPOLÓGICO E INTELIGENCIA COLECTIVA EN PIERRE LÉVY



"Nos hemos vuelto nómadas de nuevo.
¿Qué quiere decir esto? ¿Se trata de viajes de placer, de vacaciones exóticas, del turismo? No. ¿De la ronda de los hombres de negocios y de gente apresurada alrededor del mundo, de un aeropuerto a otro? Tampoco. Los “objetos nómadas” de la electrónica móvil no nos acercan tampoco al nomadismo de hoy. Esas imágenes del movimiento nos remiten a viajes inmóviles, encerrados en el mismo mundo de significaciones. La carrera sin fin por las redes de la mercancía es quizás el último obstáculo para el viaje. Moverse, ya no es desplazarse de un punto a otro de la superficie terrestre, sino atravesar universos de problemas, de los mundos vividos, de los paisajes de sentido. Estas derivas en las texturas de humanidad pueden coincidir con las trayectorias balizadas de los circuitos de comunicación y de transporte, pero las navegaciones transversales, heterogéneas de los nuevos nómadas exploran otro espacio. Somos inmigrantes del subjetivismo.
El nomadismo de este tiempo tiene que ver ante todo con la transformación continua y rápida de los paisajes científico, técnico, profesional y mentales. Incluso si no nos moviésemos, el mundo cambiaría alrededor de nosotros. Pero nosotros nos movemos. Y el conjunto caótico de nuestras respuestas produce la transformación general. ¿Este movimiento no reclama de nosotros alguna adaptación racional y óptima? ¿Pero cómo saber que una respuesta conviene a una configuración que se presenta por primera vez y que nadie ha programado? ¿Y por qué querer adaptarse (¿adaptarse a qué exactamente?) cuando se ha comprendido que la realidad no se planteaba ahí, exterior a nosotros, preexistente, sino cuál era el resultado transitorio de lo que hacíamos juntos?
(...) El problema de la inteligencia colectiva es descubrir o inventar un más allá de la escritura, un más allá del lenguaje de tal manera que el tratamiento de la información sea distribuido y coordinado por todas partes, de manera que no sea más privativo de órganos sociales separados, sino que se integre, por el contrario, de manera natural, a todas las actividades humanas y regrese a las manos de todos. Esta nueva dimensión de la comunicación debería evidentemente permitirnos poner en común nuestros conocimientos y mostrárnoslos recíprocamente, condición elemental de la inteligencia colectiva. Yendo más lejos, ella abriría dos posibilidades capitales, que transformarían radicalmente los datos fundamentales de la vida en sociedad.
Primeramente, dispondríamos de los medios sencillos y prácticos para conocer lo que hacemos juntos. Segundo, manipularíamos, aun más fácilmente que lo escribimos hoy, los instrumentos que permiten el discurso colectivo. Y todo ello no ya a escala del clan del paleolítico, ni a escala de los Estados y de las instituciones históricas del Territorio, sino según la amplitud y velocidad de las turbulencias gigantes, de los procesos deterritorializados y del nomadismo antropológico que nos afectan en la actualidad. Si nuestras sociedades solo se contentan con ser dirigidas inteligentemente, con seguridad ellas no alcanzarán sus objetivos. Para tener algunas oportunidades de vivir mejor, ellas deben devenir inteligentes en la masa. Más allá de los medios masivos, maquinarias aéreas harán escuchar la voz del múltiplo. Aún indiscernible, amortiguada por las brumas del futuro, bañando con su murmullo otra humanidad, tenemos cita con la superlengua".


Véase, Pierre Lévy, Inteligencia colectiva. Por una antropología del ciberespacio.



Y el interesante vídeo: Inteligencia colectiva y Organización descentralizada: http://youtu.be/BQBBautjJ9M 


martes, 6 de mayo de 2014

TEORÍA DE LA ACCIÓN RAZONADA


La teoría de la acción razonada (Fishbein & Ajzen, 1975, 1980), enfatiza el rol de la intención personal en la determinación de si ocurrirá o no un comportamiento determinado. La teoría implica que el comportamiento generalmente sigue a la intención y no ocurrirá sin ésta. Las intenciones de las personas también se encuentran influenciadas por otras actitudes frente al comportamiento, como por ejemplo si consideran que el comportamiento es importante. La teoría enfatiza además las creencias normativas que la gente pueda albergar, esto es, lo que piensan que otras piensan - en particular, persona influyentes, por ejemplo sus pares – harían en una situación similar. 
Lo realmente relevante de Fishbein y Ajzen, es defender la idea de que nuestras creencias determinan nuestras actitudes y nuestras normas subjetivas y, por ello, aunque de forma indirecta, determinan nuestras intenciones y conductas. 
Al aplicar el modelo al estudio de los comportamientos relacionados con la salud y la enfermedad, sus autores argumentan que las personas recogen del medio la información que consideran suficiente sobre los riesgos para la salud y los beneficios y consecuencias de llevar a cabo o no determinadas conductas. El elemento principal como antecedente de la conducta es la intención conductual, de la cual depende tanto la ejecución de la conducta motivada, como la intensidad con la que se lleve a cabo. La intención está determinada a su vez por dos variables: una personal diferida a la actitud personal hacia la conducta (evaluación favorable o desfavorable por parte del sujeto de esa conducta) y una variable social referida a las expectativas que, respecto a esa conducta, el sujeto percibe en su medio social (presión social que le induce a realizar o no realizar cierta conducta), denominada influencia social normativa o norma subjetiva.
Según esta teoría, la conducta está determinada por la intención, considerando que la intención está determinada por una función aditiva ponderada de "actitud hacia la conducta" (a menudo denominada componente actitudinal), y "norma subjetiva" (a menudo denominada componente normativo). Uno de los constructos más importantes en este modelo es el referido a la concepción de las "creencias" como antecedentes de las actitudes, pues plantea que la actitud hacia un objeto es el producto de las creencias que la persona tiene hacia el mismo. De igual forma postula que tales creencias tanto las actitudinales como las normativas contienen por una parte, elementos de expectativa y por otra, elementos de valor; esto es lo que Fishbein y Ajzen han llamado la Probabilidad Subjetiva y la Deseabilidad Subjetiva, respectivamente. 
En relación con el componente actitudinal, la probabilidad subjetiva (elemento de expectativa) se refiere a la creencia de que la realización de cierta conducta dará lugar a determinadas consecuencias; y la deseabilidad (elemento de valor) está representada por el grado en que la persona califica como positivas o negativas las consecuencias expresadas en la creencia. En el componente normativo, la probabilidad subjetiva (elemento de expectativa) constituye la creencia a cerca de la posibilidad de que la conducta resulte o no aceptable para otras personas consideradas significativas; y la deseabilidad (elemento de valor) se define como la 
motivación para complacer, que se concreta en la aceptación y/o valoración de la opinión de los otros significativos. 
Por una parte, se agrega un tercer determinante de la intención: el control conductual percibido, correspondiente a la facilidad o dificultad que el individuo percibe para realizar la conducta. Al igual que en los otros determinantes, el control conductual percibido incluye tanto la probablidad subjetiva (representada por la creencia sobre la capacidad de lograr o no la conducta), como la deseabilidad subjetiva de la creencia (existencia de oportunidades adecuadas para lograrla). La incorporación de este elemento, se reconoce como la Teoría de la Acción Planificada.
La Teoría de la Acción Razonada mediante la distinción de lo actitudinal-normativo como predictores de la conducta, ha contribuido en la investigación de un problema de gran relevancia en el campo de la Psicología, Sociología y Educación: ¿Tiende la gente a ejecutar una conducta determinada por lo que personalmente piensa conseguir de ella o la llevan a cabo, sobre todo, porque se preocupa de la aprobación o desaprobación de los otros?







lunes, 14 de abril de 2014

LA TEORÍA SOCIAL COGNITIVA DE BANDURA



Albert Bandura nació en Alberta, Canadá el 12 de diciembre de 1925, en 1949 se licenció en psicología por la Universidad British Columbia (Vancouver), tras lo que inició sus estudios de doctorado en la universidad de Iowa, que terminaría en 1952. En 1953 comienza a impartir docencia en la Universidad de Stanford, donde comenzó sus importantes estudios sobre el aprendizaje por imitación. En colaboración con Richard Walters, su primer estudiante de doctorado, realizó una serie de experimentos en los que mostraría como los niños pueden aprender imitando modelos sin necesidad de ningún tipo de refuerzo. Estos estudios fueron la base de la teoría del aprendizaje social fundada en la observación. Las ideas de Bandura han tenido también aplicación en el tratamiento de fobias. Sus principales obras son: Teoría del Aprendizaje Social (1971); Pensamiento y Acción. Fundamentos sociales (1986) y Autoeficacia: Cómo afrontamos los cambios en la sociedad actual (1995).
La primera formulación de la teoría del aprendizaje social (Bandura y Walters, 1963) seguía enmarcada dentro del conductismo mediacional más tradicional, ya que si bien se reconocía la naturaleza cognitiva de algunos de los procesos involucrados en el aprendizaje, éstos tan sólo desempeñaban un papel mediador. A partir de este esquema Bandura fue evolucionando hacia un reconocimiento de la mente en la determinación del comportamiento, hasta adoptar lo que denomina teoría cognitiva social. Esta nueva postura la esboza en su libro Social Foundations of Througth and Action: A Social-Cognitive Theory (1986), evoluciona desde el determinismo ambientalista propio del conductismo hasta el reconocimiento explícito que la persona ejerce sobre el medio. Es aquí donde adopta el determinismo recíproco como modelo de causalidad sobre el que se asienta su teoría: "La teoría cognitiva social defiende un concepto de interacción basado en una reciprocidad triádica (...). Según este modelo de determinismo recíproco, (...) la conducta, los factores cognitivos y demás factores personales y las influencias ambientales operan de forma interactiva como determinantes recíprocos. En este determinismo recíproco triádico, el término recíproco hace referencia a la acción mutua desarollada entre los factores causales". 
Para Bandura la persona no responde de forma mecánica a los estímulos del entorno, ni la mente humana es un mero sistema computacional, en el que el procesamiento automático de información (input) produce un determinado resultado (output), sin que aparentemente intervenga la conciencia. En el determinismo recíproco se asume que la persona es un ser acivo que responde a las influencias del ambiente, pero que también actúa reflexiba y conscientemente sobre el medio. La teoría cognitiva social de Bandura descansa sobre la idea de que la persona es agente de su propia conducta. Esta capacidad procede de cinco capacidades básicas que caracterizan a los seres humanos: a) capacidad simbólica, mediante la que damos sentido, forma y contigüidad a la experiencia, ademas de memorizarla para poder así anticipar acontecimientos; b) capacidad vicaria, que nos permite aprender mediante la observación de los comportamientos de los otros; c) capacidad de previsión, que guía y motiva anticipadamente las acciones y forma expectativas sobre las consecuencias de la acción; d) capacidad auto-regulativa, que asume que podemos tener control sobre nuestros pensamientos, sentimientos, motivaciones y acciones; y e)capacidad auto-reflexiva, mediante la cual tomamos conciencia de nuestra experiencia y nuestro pensamiento.
Para Bandura, las creencias que la persona tiene sobre su propia eficacia proceden de cuatro fuentes: los logros alcanzados en la ejecución, la experiencia vicaria proporcionada por modelos sociales, la persuasión verbal o comunicación persuasiva y el conocimiento que la persona tiene de su estado fisiológico. La historia persona de éxitos y fracasos son la principal fuente de conocimiento de nuestra eficiencia. Desde un punto de vista motivacional la autoeficacia se convierte en un importante factor que influye en la autoregulación de la conducta, la motivación humana se genera cognitivamente, mediate la anticipacion de las metas que van a ser alcanzadas.

Podéis ver el interesante estudio sobre agresividad de Albert Bandura:



















jueves, 27 de marzo de 2014

CASTELLS LA ERA DE INFORMACIÓN Y FIN DE MILENIO


"La promesa de la era de la información es la liberación de una capacidad productiva sin precedentes por el poder de la mente. Pienso, luego produzco. Al hacerlo tendremos tiempo libre para experimentar con la espiritualidad y la posibilidad de reconciliarnos con la naturaleza, sin sacrificar el bienestar material de nuestros hijos.El sueño de la Ilustración, que la razón y la ciencia resolvieran los problemas de la humanidad, está a nuestro alcance. No obstante, existe una brecha extraordinaria entre nuestro sobredesarrollo tecnológico y nuestro subdesarrollo social. Nuestra economía, sociedad y cultura están construidas sobre intereses, valores, instituciones y sistemas de representación que, en general, limitan la creatividad colectiva, confiscan la cosecha de la tecnología de la información y desvían nuestra energía a una confrontación autodestructiva. Este estado de cosas no tiene por qué ser así. No hay un mal eterno en la naturaleza humana. No hay nada que no pueda ser cambiado por la acción social consciente e intencionada, provista de información y apoyada por la legitimidad. Si las personas están informadas, son activas y se comunican a lo largo del mundo; si la empresa asume su responsabilidad social; si los medios de comunicación se convierten en mensajeros, en lugar de ser el mensaje; si los actores políticos reaccionan contra el cinismo y restauran la fe en la democracia; si la cultura se reconstruye desde la experiencia; si la humanidad siente la solidaridad de la especie en todo el planeta;si afirmamos la solidaridad intergeneracional viviendo en armonía con la naturaleza; si emprendemos la exploración de nuestro yo interior, haciendo la paz con nosotros mismos. Si todo esto se hace posible por nuestra decisión compartida, informada y consciente, mientras aún hay tiempo, quizás entonces, por fin, seamos capaces de vivir y dejar vivir, de amar y ser amados".

[Manuel Castells, La era de la información: economía, sociedad, culturaFin de milenio Vol. III, México, Siglo XXI, 1999, págs. 262-263].

jueves, 27 de febrero de 2014

EL CONCEPTO DE IDENTIDADES PROYECTO DE MANUEL CASTELLS


"El surgimiento de las identidades proyecto se convierte en la cuestión clave, capaz en potencia de reconstruir una nueva suerte de sociedad civil y, a la larga, un nuevo estado. A este respecto, no seré prescriptivo ni profético, sino que más bien me extenderé sobre los resultados provisionales de mi observación de los movimientos sociales y los procesos políticos. Mi análisis no excluye la posibilidad de que unos movimientos sociales bastante diferentes a los considerados aquí puedan tener un importante papel en la construcción de la sociedad futura.
(...) El hecho de que una comunidad se construya en torno a una identidad de resistencia no significa que probablemente evolucione hacia la construcción de una identidad proyecto. Puede muy bien mantenerse como una comunidad defensiva. O, también, puede convertirse en un grupo de interés y unirse a la lógica de la negociación generalizada, la lógica dominante en la sociedad red. No obstante, en otros casos, las identidades de resistencia pueden generar identidades proyecto, orientadas hacia la transformación de la sociedad en su conjunto, en continuidad con los valores de una resistencia comunal a los intereses globales establecidos por los flujos globales de capital, poder e información.
(...) A saber, la globalización, la reestructuración capitalista, la interconexión organizativa, la cultura de la virtualidad real y la primacía de la tecnología por la tecnología, los rasgos clave de la estructura social de la era de la información, son las fuentes mismas de la crisis del estado y de la sociedad civil tal y como estaban construidos en la era industrial.
(...) Así pues, la lógica dominante en la sociedad red provoca sus propios desafíos en la forma de identidades de resistencia comunales y de identidades proyecto que surgen potencialmente de esos espacios, en condiciones y mediante procesos que son específicos de cada contexto institucional y cultural. La dinámica contradictoria resultante se encuentra en el centro del proceso histórico mediante el cual se está constituyendo una nueva estructura social y la carne y hueso de nuestras sociedades. 
(...) El nuevo poder reside en los códigos de información y en las imágenes de representación en torno a los cuales las sociedades organizan sus instituciones y la gente construye sus vidas y decide su conducta. La sede de este poder es la mente de la gente. (...) Quien gane la batalla de la mente de la gente gobernará, porque los aparatos rígidos y potentes no serán un rival, en el espacio de tiempo razonable, para las mentes organizadas en torno al poder de redes alternativas y flexibles.
(...) Las entidades que expresan proyectos de identidad orientados a cambiar los códigos culturales deben ser movilizadoras de símbolos. (...) He observado dos clases principales de estas entidades potenciales. A la primera la denominaré los profetas. Son personalidades simbólicas cuyo papel no es el de los dirigentes carismáticos o el de los estrategas sagaces, sino el de dar un rostro (o una máscara) a una sublevación simbólica, de tal modo que hablen en nombre de los insurgentes. (...) Las transiciones históricas, a menudo operadas en medio de instituciones que se desmoronan y de formas políticas exhaustas, siempre han sido el tiempo de los profetas. 
(...) Sin embargo, la segunda y principal entidad detectada en nuestro viaje por las tierras habitadas por los movimientos sociales es una forma de organización e intervención interconectada y descentralizada, característica de los nuevos movimientos sociales, que refleja y contrarresta la lógica interconectada de dominio de la sociedad informacional. (...) Estas redes hacen algo más que organizar la actividad y compartir la información. Son los productores y distribuidores reales de códigos culturales. (...) Es este carácter descentralizado y sutil de las redes de cambio social el que hace tan difícil percibir e identificar los nuevos proyectos de identidad que están en camino. (...) En estos callejones traseros de la sociedad, ya sea en redes electrónicas alternativas o en redes populares de resistencia comunal, es donde he percibido los embriones de una nueva sociedad, labrados en los campos de la historia por el poder de la identidad".

[Manuel Castells, La era de la información: economía, sociedad y cultura, III Vols. Vol. II. El poder de la identidad, México, Siglo XXI Editores, 3ª ed., 2001, págs. 396-402. Cursivas del autor].



sábado, 22 de febrero de 2014

MANUEL CASTELLS: SOCIEDAD RED Y EL DOMINIO DE LA CULTURA POR LA CULTURA.




"Desde una perspectiva histórica más amplia, la sociedad red representa un cambio cualitativo en la experiencia humana. Si aludimos a una antigua tradición sociológica según la cual, en el nivel más fundamental, cabe entender la acción social como el modelo cambiante de las relaciones entre naturaleza y cultura, estamos, en efecto, en una nueva era. El primer modelo de relación entre estos dos polos fundamentales de la existencia humana se caracterizó durante milenios por el dominio de la naturaleza sobre la cultura. Los códigos de la organización social expresaban casi directamente la lucha por la supervivencia bajo el rigor incontrolable de la naturaleza, como nos enseñó la antropología, remontando los códigos de la vida social hasta las raíces de nuestra entidad biológica. 
El segundo modelo de relación establecido en los orígenes de la Edad Moderna, asociado con la Revolución industrial y el triunfo de la razón, contempló el dominio de la naturaleza por la cultura, formando a la sociedad mediante el progreso del trabajo, por el cual la humanidad encontró tanto su liberación de las fuerzas naturales como su sometimiento a sus propios abismos de opresión y explotación. Estamos entrando en un nuevo estadio en el que la cultura hace referencia directa a la cultura, una vez dominada la naturaleza hasta el punto de que ésta se revive («preserva») de modo artificial como una forma cultural: de hecho, éste es el significado del movimiento ecologista, reconstruir la naturaleza como una forma cultural ideal. Debido a la convergencia de la evolución histórica y del cambio tecnológico, hemos entrado en un modelo puramente cultural de interacción y organización sociales. Por ello, la información es el ingrediente clave de nuestra organización social, y los flujos de mensajes e imágenes de unas redes a otras constituyen la fibra básica de nuestra estructura social. No quiere decirse que la historia haya acabado en una feliz reconciliación de la humanidad consigo misma. De hecho, es casi lo contrario: la historia sólo está comenzando, si por ella entendemos el momento en que, tras milenios de batalla prehistórica con la naturaleza, primero para sobrevivir, luego para conquistarla, nuestra especie ha alcanzado el grado de conocimiento y organización social que nos permitirá vivir en un mundo predominantemente social. Es el comienzo de una nueva existencia y, en efecto, de una nueva era, la de la información, marcada por la autonomía de la cultura frente a las bases materiales de nuestra existencia. Pero no es necesariamente un momento de regocijo porque, solos al fin en nuestro mundo humano, habremos de mirarnos en el espejo de la realidad histórica. y quizás no nos guste lo que veamos".

[Manuel Castells, La era de la información, economía, sociedad y cultura, III Vols. Vol. I La sociedad Red, Madrid, Alianza Editorial, 2ª ed., 2000, pág. 558].

sábado, 15 de febrero de 2014

EL CONCEPTO DE SENTIMIENTO DE COMUNIDAD PARA ALFRED ADLER

Dedicado A-Ma-Te




Alfred Adler (1870-1937) fundador de la psicología individual, y precursor de la psicología humanista o constructivismo, a diferencia de Freud, tiende a minimizar la importancia del instinto biológico y sostenía que las actitudes del hombre eran adquiridas y no innatas, de carácter persistente y difíciles de cambiar. Es decir, Adler concibe al ser humano de manera holistica, como una unidad y no dividido en consciente e inconsciente como lo hacía Freud, y lo contempla siempre dentro y respecto a su entorno: las emociones, actitudes, acciones y pensamientos no se evalúan desde la persona sino desde la comunidad, en su contexto social. Para entender a una persona no basta entender las causas de su conducta, sino sus objetivos. Para Adler el ser humano se construye en ficciones, maneras idiosincráticas de percibirse a sí mismo y al mundo, necesarias para orientarse en su entorno, para guiar sus sentimientos y actitudes, para planificar y llevar a cabo sus actos. Sus ficciones pueden ser mejores o peores, si en la ficción el error es grande pueden provocar neurosis mientras los pequeños errores una personalidad normal. El concepto de ficción está relacionado con finalidad, cómo la persona persigue objetivos, fines y metas, más o menos útiles, pero para Adler un determinado objetivo sólo es útil cuando contribuye al bien de la comunidad, y no exclusivamente al individuo. Para él existe un patrón común entre las ficciones inútiles, los neuróticos tienen como ficción directriz el afán de superioridad o de poder, entendido como sobrecompensación de un profundo sentimiento de inferioridad. En el fondo el neurótico es un ser inferior a los demás, y cuanto más grande es su sentimiento de inferioridad más fuerte se hace la necesidad de compensarlo o mitigarlo con aires de superioridad y sentimientos de grandeza. En las personas sanas las ficciones tienen un carácter útil para la comunidad, aunque cree Adler que la inferioridad es siempre ficticia, subjetiva y sujeta a la concepción idiosincrásica de la persona. Para Adler el sentimiento de inferioridad se da en niños delicados de salud o con disminución física, psíquica o sensorial; niños descuidados o educados con excesivo rigor, y niños excesivamente mimados o consentidos. 
Para Adler sólo en la comunidad, en relación con los demás, el individuo se convierte en persona, la comunidad se convierte en un marco ético para la valoración del acto humano. La persona se enfrenta a tres tareas de la vida con respecto a esta comunidad que tiene que resolver satisfactoriamente: trabajo, amor y vida en comunidad (se pueden añadir la relación del individuo consigo mismo y con el universo). Lo importante es el sentimiento de comunidad, es decir, buscar el bien de uno mismo dentro del bien común, con lo que la neurosis es en el fondo una falta de sentimiento de comunidad, o dicho de otra forma, una forma de afán de superioridad como compensación de un sentimiento complejo de inferioridad. El sentimiento de comunidad tiene para Adler un fuerte componente ético y utópico. 
Les dejo este interesante vídeo sobre el amor de Freud, Jung y Adler:



Y el libro El sentido de la vida de Adler:
http://es.scribd.com/doc/1018410/Adler-Alfred-El-Sentido-De-La-Vida


miércoles, 12 de febrero de 2014

EL APRENDIZAJE SOCIAL. BANDURA Y WALTERS


Uno de los desarrollos teóricos del neoconductismo en psicología social tuvo como objetivo central el estudio del aprendizaje social, más concretamente, el aprendizaje por imitación
El aprendizaje humano ocurre mayoritariamente de forma vicaria mediante la observación de modelos, y afecta a la conducta de tres maneras: el efecto modelado (adquisición de respuestas nuevas, que previamente no se encontraban en el sujeto), el efecto inhibitorio o desinhibitorio (incremento o disminución de la frecuencia, latencia o intensidad de respuestas adquiridas previamente por el observador y similares a las que muestra el modelo), y por último, el efecto de modelación (la observación de las respuestas del modelo sirve como señal para que el observador dispare respuestas similares que ni son completamente nuevas, ni están inhibidas como consecuencia de un aprendizaje previo).
El modelo del aprendizaje social de Bandura y Walters les lleva a incluir en el marco conceptual del aprendizaje el concepto de refuerzo vicario. Por ejemplo, los anuncios de publicidad. La propaganda regularmente utiliza la anticipación de recompensas para influir en nuestra conducta. Los medios de comunicación nos muestran continuamente los efectos positivos derivados de la compra o utilización de los productos anunciados. 
La influencia del refuerzo vicario y el hecho que ni éste ni el refuerzo directo afecten necesariamente al aprendizaje, aunque sí a la ejecución, presupone la existencia de representaciones e imágenes de la conducta y del refuerzo. Es decir, el estímulo no provoca directamente la conducta del observador sino la adquisición de un patrón cognitivo encubierto de tal conducta, independientemente de que ésta sea ejecutada.
Para Bandura: "Supuestos esenciales de la teoría del aprendizaje social son que las influencias modeladoras originan el aprendizaje debido fundamentalmente a sus funciones informativas y que los observadores adquieren sobre todo representaciones simbólicas de las actividades del modelo más que asociaciones estímulo-respuesta específicas".
El aprendizaje por imitación depende de cuatro procesos: los dos primeros de índole cognitiva son el proceso de atención y discriminación de la conducta del modelo, los restantes son los procesos de retención de la conducta observada, y procesos de motivación junto con los procesos de reproducción motora. 
Bandura evoluciona hacia posiciones cognitivas y se aleja del determinismo ambientalista, que culmina con su concepción del determinismo recíproco: "Desde la perspectiva del aprendizaje social, el funcionamiento psicológico es una interacción recíproca continua entre determinantes personales, conductuales y ambientales". 
La insuficiencia, tanto del condicionamiento clásico como del operante, para explicar el aprendizaje que tiene lugar en contextos sociales, lleva a Bandura a centrarse el el aprendizaje por observación, en el que necesariamente hay que tener en cuenta la intervención de procesos cognitivos como la atención, la comprensión o el recuerdo.
  

viernes, 7 de febrero de 2014

CARL HOVLAND. LA COMUNICACIÓN PERSUASIVA Y EL PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE YALE.


Carl Hovland (1912-1961) nació en Chicago y estudió en la Universidad de Northwestern, doctorándose en 1936 en la Universidad de Yale, realizando su tesis doctoral bajo la dirección de Clark Hull, uno de los cuatro grandes teóricos del conductismo. Obtuvo una plaza, ese mismo año, de profesor en el Instituto de Relaciones Humanas de la Universidad de Yale. Durante la Segunda Guerra Mundial (1942) fue contratado por el gobierno de EEUU para realizar una serie de investigaciones sobre la actitud de los soldados norteamericanos, formando parte de un proyecto más amplio dirigido por el sociólogo Samuel Stouffer, y otros científicos sociales. Resultado de este proyecto dio lugar a la obra The American Soldier, publicada en cuatro volúmenes en 1949. Después de la Segunda Guerra Mundial los estudios se centran en el estudio experimental de la persuasión, buscando los efectos en la comunicación persuasiva, y es nombrado director del departamento y del laboratorio de psicología de la Universidad de Yale. Por aquella época creó el Yale Communication and Attitude Change Programme, para lo que obtuvo financiación de la Fundación Rockefeller, realizando estudios sobre el cambio de actitudes, que son considerados como su contribución más importante a la psicología social.
Según Hovland, las actitudes pueden ser definidas como una disposición o tendencia a responder positiva o negativamente hacia cierta clase de objetos (ideas, personas o situaciones). Hovland crea un modelo según el cual la adquisición y mantenimiento de actitudes y opiniones tienen lugar porque su expresión manifiesta o su repetición interna van seguidas de un refuerzo positivo, el cual puede ser experimentado o simplemente anticipado, más adelante sustituye el concepto de refuerzo por el de incentivo, convirtiéndose en la noción central de dicho modelo. Resumiendo, en lo que se refiere a la influencia y características del comunicador sobre el cambio de actitudes, los resultados de los trabajos de la Universidad de Yale demostraban que el cambio de actitud es más probable cuando la persona que transmite el mensaje es percibida como inteligente y creíble. Los estudios encaminados a analizar los efectos de las características del mensaje mostraron que cuando éste provoca un alto grado de temor en la audiencia, el proceso de persuasión es menos efectivo. Otras conclusiones es que la efectividad del mensaje es mayor cuando en éste se incluían las conclusiones que cuando debían ser sacadas por la audiencia. También mostraron que los mensajes unilaterales eran más efectivos si la audiencia no tenía información sobre el tema, y en caso contrario, resulta más efectiva la presentación de puntos de vista diferentes. Además, Hovland y sus colaboradores mostraron que la presentación de dos puntos de vista contrapuestos sobre un problema tenían un efecto de inoculación, haciendo a la audiencia más resistente a la contrapersuasión en el futuro. Con respecto a la audiencia sacaron la conclusión que si bien la inteligencia no influye en la efectividad de la comunicación persuasiva, otras características personales, como el neuroticismo o la autoestima, sí tenían efectos. Las conclusiones de Hovland y sus colaboradores de la Universidad de Yale sobre el papel del incentivo desempeña en el cambio de actitudes, pueden resumirse en la idea de que cuanto mayor sea el incentivo que la persona espera obtener, mayor será la probabilidad de que se produzca un cambio de actitud. El conclusión, la propuesta teórica de Hovland, enmarcada en el neoconductismo hulliano se construye sobre la hipótesis general de que el cambio de actitud depende del refuerzo contingente al mismo; así mismo, la sustitución del concepto refuerzo por el de incentivo supuso dar un mayor papel a la anticipación que la persona hace de las consecuencias  que a la obtención real de éstas.
Años más tarde y en colaboración con Sherif, elaborarían un nuevo modelo teórico del cambio de actitudes, enfoque basado en el juicio de estímulos sociales, compuesto por formulaciones verbales de temas sociales . Cuando se presentan una serie de enunciados actitudinales que cubren un continuo de posiciones, las personas crean una zona de rechazo, una de aceptación y una zona neutral. De esta forma, los efectos de la comunicación dependen de la forma en que sus contenidos son categorizados por la persona. 
Les dejo este vídeo ilustrativo sobre la ciencia de la persuasión:









martes, 4 de febrero de 2014

TEORÍA DE LA COMPARACIÓN SOCIAL DE LEON FESTINGER



La teoría de la comparación de Festinger tiene su origen en el proceso mediante el cual los grupos informales tienden a mantener opiniones y creencias similares, es decir, cuando una persona se siente atraída por un grupo social, éste grupo se convertirá en la realidad social con la que compara sus creencias. La teoría de la comparación de Festinger se basa en que los grupos sociales ejercerán presión sobre sus miembros para que haya uniformidad, tanto en las opiniones y creencias como en las habilidades; cuando entre los miembros de un grupo hay discrepancias de opinión, lo más frecuente es que las personas que mantienen ideas discrepantes reciban presiones para cambiar de opinión, de tal manera que se ajusten a las del grupo. En caso extremo se seguirá la estrategia de rechazar a los miembros del grupo que mantengan diferencias con respecto a los demás, en resumen, la teoría de la comparación social de Festinger postula que existe una tendencia universal a evaluar nuestras creencias y habilidades, que confiamos en la comparación con otras personas cuando no existe otra fuente objetiva de comparación con aquellas personas que consideramos próximas y similares a nosotros.
La teoría de la comparación social dio lugar a un conjunto de investigaciones sobre atracción interpersonal, cohesión grupal y nivel de aspiración; y la más importante dio lugar a la teoría de la identidad social de Henri Tajfel, según la cual en los procesos de comparación social juegan un importante papel para mantener una autoimagen positiva; como miembros de un grupo social tendemos a compararnos con otros miembros de otros grupos sociales de estatus inferior al nuestro de tal forma que nuestra imagen de grupo al que pertenecemos sea favorecida.

Vean el interesante vídeo sobre los grupos sociales: 



domingo, 2 de febrero de 2014

LEON FESTINGER Y LA TEORÍA DE LA DISONANCIA COGNITIVA


Leon Festinger nace en Nueva York en 1919, originario de una familia de inmigrantes rusos, primero estudió ciencias en el City College de Nueva York y se formó como psicólogo en la Universidad de Iowa; terminado su doctorado ingresó en el recién creado Centro de Investigación en Dinámica de Grupos del Instituto Tecnológico de Massachusetts, dirigido por Kurt Lewin. Pero cuando falleció éste en 1947, Festinger se trasladó al Centro de Dinámica de Grupos de Michigan; trabajando más tarde como profesor de psicología de la Universidad de Minnesota. En 1955 se traslada a la Universidad de Stanford y dos años después publicaría su obra A Theory of Cognitive Dissonance que sería su aportación a la psicología social, junto con la teoría de la comparación social. En 1968 Festinger volvió a Nueva York como profesor del New School for Social Research en donde permaneció hasta su muerte en 1989. 
La hipótesis central de la teoría de la disonancia es que cuando se presentan dos ideas o cogniciones sobre uno mismo, la conducta que lleva a cabo o en su entorno contradictorias o inconscientes entre sí, se crea una tensión psicológica que motiva a la persona a hacer lo posible por reducirla. Dicha hipótesis dio lugar a numerosas investigaciones por parte de Festinger, entre los que sobresalen los experimentos sobre la forma en que se manifiesta la disonancia cognitiva en la toma de decisiones - situaciones en las que debemos elegir entre dos objetos de similares características- y en las situaciones de condescendencia forzada o aceptación inducida- aquellas en las que nos vemos obligados a manifestar algo contrario a nuestras creencias. 
La disonancia cognitiva es, por tanto, aquella situación en la que la persona percibe la existencia de una contradicción entre dos elementos de cognición. Para ilustrar la existencia de este tipo de situaciones, Festinger propone, entre otros ejemplos, el caso de una persona que fuma a pesar de saber que el tabaco es perjudicial para la salud. En este ejemplo, la situación de disonancia vendría provocada por la contradicción entre el conocimiento que la persona tiene sobre su conducta y el que tiene sobre las consecuencias de la misma. 
La reducción de la disonancia puede lograrse, según Festinger, introduciendo cambios en los elementos de cognición modificando el comportamiento, las actitudes, las creencias, etc, o añadiendo elementos de cognición nuevos que contribuyan a reducir las contradicciones existentes.
En las situaciones de condescendencia forzada, en las que la persona se ve obligada a comportarse de forma opuesta a sus opiniones o a afirmar algo contrario a sus creencias y en los de disonancia postdecisional, al final lo importante es la libertad de elección, las consecuencias positivas o negativas de la acción, el grado en que la persona se sienta responsable de las mismas, la magnitud y el tipo de incentivo, etc...
La teoría de la disonancia cognitiva no ha estado exenta de críticas. Fueron criticadas sus experimentaciones por el uso poco ortodoxo que hacían del método experimental y la consiguiente dificultad para replicar las condiciones bajo las cuales se habían desarrollado los mismos. También se criticó la falta de ética de muchos de sus experimentos para poner a prueba las hipótesis de esta teoría, en los que era frecuente recurrir al engaño y forzar a las personas a llevar a cabo acciones o a mantener opiniones que entraban en conflicto con sus creencias. Otros autores señalaron que la disonancia sólo aparece cuando la persona se comporta de manera inconsistente con la imagen que tiene de sí misma; por ejemplo, cuando la persona se autopercibía como alguien honesto. En cambio, no había disonancia cuando la persona no considera deshonesto en hecho de mantener una opinión contraria a sus creencias, o cuando la honestidad no sea un rasgo central de la definición que la persona hace de sí misma. También destacar que el requisito previo para que la disonancia se experimente es, sin duda alguna, que la persona se sienta implicada en la conducta que realiza. 

Os dejo este interesante vídeo donde se explica la disonancia congnitiva:









viernes, 31 de enero de 2014

LA TEORÍA DEL EQUILIBRIO DE FRITZ HEIDER


Fritz Heider nació en Viena en 1986, vivió su adolescencia en la ciudad de Graz, en donde conoció a Alexius Von Meinong, cuya concepción de la psicología estaba muy cercana a la de la Escuela de la Gestalt al haber sido alumno de Franz Brentano. Posteriormente Heider fue profesor de Christian von Ehrenfels, quién influyó en la Escuela de la Gestalt con cualidades gestalt y cualidades ehrenfels; en las que destaca que las propiedades de las totalidades son distintas a la suma de sus partes; por ejemplo, cuando escuchamos una melodía, lo que perciben nuestros sentidos no es la suma de las notas musicales que la componen, sino su organización. Cuando llegó Heider a la Universidad de Berlín en 1921, asistió a las clases de Max Wertheimer y de Wolfgang Köhler; así como a los seminarios de Kurt Lewin, del que se hizo amigo y colaborador intelectual. En 1927 obtuvo una plaza en la Universidad de Hamburgo, en donde conocería a Ernst Cassirer. Poco después, en 1930 se trasladaría a Estados Unidos, como investigador de un colegio de sordos en Northampton, Massachusets; allí conocería a Kurt Kofka y entablaron una fuerte amistad. Heider publicó su principal obra con sesenta y dos años, The Psychology of International Relations (1958) y siendo profesor de la Universidad de Kansas. Cuando en 1946 pronunció una conferencia sobre los principios de su psicología del sentido común, en la Universidad de Harvard, su eco fue casi nulo. Pero con su libro la situación cambió, la teoría del equilibrio tendría una influencia decisiva en la teoría de la disonancia cognitiva de Leon Festinger y su análisis de la atribución de causalidad a los acontecimientos del medio y a las acciones de las personas.
El postulado básico de la teoría del equilibrio de Heider dice que las relaciones interpersonales, así como las que se establecen entre personas y los objetos e instituciones del medio, tienden a un estado de equilibrio. La quiebra de dicho equilibrio, provoca, según su opinión, un estado de tensión que la persona tiende a reducir mediante cambios introducidos a través de la acción o de una reorganización cognitiva:

"Existe una tendencia a estar en armonía con las exigencias del orden objetivo. De esta forma una situación está equilibrada si a uno le gusta hacer lo que debería hacer, si a uno le gusta o disfruta con las cosas que estima como valiosas, si la felicidad y la bondad van juntas, si p admira a la persona que le gusta y le gusta la persona con quien comparte los mismos valores, si lo que debería ser se realiza conforme a lo que realmente es, etc".

Para Heider las relaciones pueden ser de dos tipos, de afecto o de unidad. Las primeras se caracterizan por actitudes positivas o negativas de una persona p a una persona q o de una persona p hacia una entidad impersonal x. Mientras que las relaciones de unidad se refieren a las relaciones de similaridad, causalidad, pertenencia a un mismo grupo o posesión establecidas entre una persona p y otra q o entre una persona p y un objeto o entidad x. Ejemplos de relaciones de unidad son los miembros de una familia y las acciones o posesiones de una persona. Para Heider la relación de equilibrio existe cuando las partes que la constituyen tienen el mismo carácter dinámico en todos los aspectos de dicha relación. Según Heider, para entender tanto la conducta humana como los procesos que determinan la percepción social, debemos de estudiar las diferentes configuraciones a que dan lugar las relaciones de afecto y unidad. 

Les dejo un estudio experimental de Fritz Heider y Mariann Simmel sobre la conducta:








lunes, 27 de enero de 2014

SOLOMON E. ASCH Y LA INFLUENCIA SOCIAL





Solomon Asch nació en Varsovia en 1907, llegó a Nueva York con 13 años, obteniendo en Columbia un doctorado en 1932. Su carrera docente comenzó en el Brookling College en donde conoció a los fundadores de la Gestalt (Kohler y Koffka) y se infuenció de ellos en sus investigaciones sobre percepción social. Asch pretendió analizar la forma en que las personas dan sentido a la información que reciben del exterior. Según las ideas de la Gestalt cuando percibimos la realidad no nos fijamos en los elementos aislados sino en las relaciones que se establecen entre ellos; es decir, percibimos totalidades, conjuntos ordenados. Ash siguiendo estas ideas realizó una serie de investigaciones sobre la formación de impresiones. Con sus experimentos intentó demostrar que el contacto con otras personas da lugar a la aparición de marcos de referencia comunes, más concretamente, cuando las personas emiten sus juicios en presencia de otras, el grupo establece un punto de referencia común a todos sus miembros. Su objetivo era elaborar una teoría de la influencia social que diera cuenta de las fuerzas psicosociales que operan para que las personas actúen de forma contraria a sus creencias y valores. Las conclusiones que extrajo fueron que los sujetos experimentan un conflicto entre la información procedente de dos fuentes que para ellos son igualmente fiables; sus propios sentidos y los juicios de los demás. La tendencia a lograr un acuerdo con el grupo, no se debe a una tendencia imitativa, sino a la necesidad objetiva de resolver la contradicción en la que se encontraban. Asch interpretó los resultados y dio origen a estudios posteriores en donde se analizaron dos tipos de procesos mediante los cuales se produce la convergencia con la mayoría: la influencia informativa y la influencia normativa
En la primera situación estaríamos ante el deseo de formular juicios acertados sobre la realidad, y se confía en los juicios de la mayoría como una fuente de evidencia objetiva acerca de la realidad (influencia informativa). Mientras que en la segunda situación los sujetos se conforman al juicio de la mayoría para obtener la aprobación del grupo y reducir el miedo a la desaprobación social (influencia normativa).
Los experimentos de Asch sirvieron como estímulo a una importante línea de investigación en psicología social encaminada a analizar las condiciones en que se produce este fenómeno de convergencia entre nuestros juicios y los del grupo, en la actualidad han tratado de demostrar no sólo los mecanismos por los cuales una mayoría ejerce influencia en una minoría, sino también cómo una minoría puede influir en la mayoría.
Podéis ver estos interesantes experimentos de Solomon Asch: